En la zona más antigua de la Ciudad Capital de la República de Cuba, llamada la Habana Vieja, que además de haber sido el centro político y económico del país en la etapa colonial, se fue convirtiendo en centro de desarrollo cultural y científico de la época; se fundó en 1728 la Real y Pontificia Universidad de La Habana y en 1773 el Seminario de San Carlos y San Ambrosio. Figuras que se formaron en esos centros se consideran precursores de la nacionalidad cubana, tales como Carlos Manuel de Céspedes, Antonio Bachiller y Morales, Felipe Poey, Francisco de Arango y Parreño, Tomás Romay y el padre José Agustín Caballero.
Hasta 1902, la Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de la Habana había funcionado en su sede original, en los locales de la Iglesia de San Juan de Letrán en el Convento de Santo Domingo; desde su fundación el 5 de enero de 1728. El edificio inadecuado, incómodo y casi ruinoso, con más de dos siglos y medio de construido, no satisfacía las necesidades ni tenía el mínimo de condiciones necesarias para el desarrollo de una universidad de esos tiempos. No es sino entre el 7 de marzo y el 2 de mayo de 1902, que la entonces Real y Literaria Universidad de La Habana queda ubicada en el lugar que mantiene hasta nuestros días, y al que ha dado nombre como Colina Universitaria. Situada en la colina o loma (antes “de la Pirotecnia”) ocupa la manzana circunvalada por las calles Ronda, Avenida Universidad y el extremo sur de la calle L, entre San Rafael y 27 de noviembre.
Inicialmente, los mismos barracones que habían sido de las tropas interventoras norteamericanas fueron adaptados para aulas, y se comenzaron a construir paulatinamente algunos edificios. Sobre todo, entre 1905 y 1940, llegó a contar con 12 manzanas circunscritas alrededor de la Plaza Central o Plaza Cadenas, que conformaron así la Colina Universitaria, actual Plaza Ignacio Agramonte, por distintas vías y sendas de acceso que poseen cada una un edificio percápita con excepción de la Plaza antes Cadenas (apellido del Rector de su momento) hoy Agramonte, que es un espacio abierto congregacional. Declarada autónoma en su régimen interno, si durante la colonia publicó preferentemente algunas de las tesis de sus alumnos y otros trabajos científicos y literarios la hoy Universidad de la Habana durante el auge entre 1905 y 1930, publica la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias de la Universidad de La Habana.
Sus muros recogen toda una herencia de historias y tradiciones. En esta época comenzó también una importante etapa de su historia; acontecimientos como la fundación de la Federación Estudiantil Universitaria, el pronunciamiento de los discursos de José Antonio Echeverría, el descenso por su amplia y ancha escalinata de la generación del centenario en su histórica Marcha de las antorchas y la valentía demostrada por sus estudiantes, son algunos de los sucesos que pueden mencionarse.
En enero de 1928 La Habana fue sede de la VI Conferencia Panamericana a la cual acudirían mandatarios y representantes de países del continente americano, entre ellos el presidente estadounidense Calvin Coolidge. Con este motivo, el presidente Gerardo Machado inauguró varias obras entre ellas la escalinata de la Universidad de La Habana, que estaba pendiente de ejecutarse desde la reconstrucción general de los locales. Comenzando en la explanada que está frente al edificio del rectorado, la escalinata termina en la calle San Lázaro. Para presidirla se situó una escultura que devino emblema de la institución: El Alma Mater, que había sido realizada en 1919 por el artista checoslovaco Mario Karbel, quien se inspiró en dos cubanas: Felicia Villalón, joven de 16 años (para la cabeza, el rostro y el cuello), y una habanera mestiza de constitución madura y sólida (para el resto del cuerpo).
El 6 de octubre de 1933 el Gobierno de los Cien Días, presidido por el profesor universitario Ramón Grau San Martín le concedió al recinto la autonomía universitaria, cumpliendo una de las demandas de los estudiantes desde la época de la reforma universitaria que iniciara en 1923, Julio Antonio Mella.
Tras el triunfo revolucionario de 1959 se reabren las puertas de la Universidad habanera, que estuvieron cerradas por 3 años. A partir de ese momento se le da acceso a todo el pueblo y con la Reforma Universitaria de 1962 se depura al estudiantado y al claustro seguidor de la dictadura de Fulgencio Batista. Asimismo se pone la ciencia en el eje central de la enseñanza universitaria. La nueva universidad es desde ese momento protagonista y brazo importante de la Revolución para crear una Cuba nueva. Gracias al Alma Mater habanera nacieron el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría, el de Ciencias Médicas, el Superior Pedagógico, el de Ciencias Agropecuarias y las ciencias agropecuarias de Pinar del Río y Matanzas. Más de 50 programas de doctorado y otras generaciones de estudiantes universitarios que le han dado un sitial en la historia. No es solo la universidad más antigua de Cuba sino también una de las primeras de América. Está adscripta al Ministerio de Educación Superior (MES). Fue declarada Monumento Nacional por Resolución 03 el 10 de octubre de 1978.
Desde la UCCFD Manuel Fajardo reciban FELICIDADES.
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