Un llamado a la lucha, precursor de: ¡Patria o Muerte!

Author
Sergio Arturo Pérez Echevarría
En Cuba hemos tenido una sola Revolución

Cuando el 10 de octubre de 1868, el abogado y patriota Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874) liberó a sus esclavos y alzó en armas a los cubanos, marcaría un hito sin igual en nuestra historia patria, siendo el primer hecho fundacional de las Revoluciones de Liberación Nacional de Cuba. 

Hoy, a 153 años de ese importante hecho, los cubanos levantamos nuestras voces como símbolo de continuidad de lucha. Lo ocurrido en el ingenio “La Demajagua”, Manzanillo, en el oriente del país, significó un triunfo de las ideas independentistas, frente al integrismo hispano y las corrientes reformistas y anexionistas. Sin lugar a dudas este grito debe perseverar en estos días, donde, aunque en tiempos diferentes, algunos “vividores” intentan llamarnos a olvidar nuestra historia, y nos convocan a entregar la bandera del sacrificio, a que borremos de nuestra memoria la sangre derramada por los patriotas que abonaron el camino a la libertad.

En el manifiesto del 10 de octubre,se recoge la esencia de lo que un día nos llamara a la batalla: ante unos 500 congregados, Céspedes expresó: “Ciudadanos, ese sol que veis alzarse por la cumbre del Turquino viene a alumbrar el primer día de libertad e independencia de Cuba”.

Céspedes, con su visión antiesclavista espetó: “¡Ciudadanos, exclamó, hasta este momento habéis sido esclavos míos! Desde ahora, sois tan libres como yo. ¡Cuba necesita de todos sus hijos para conquistar la independencia!”

“Los que me quieran seguir que me sigan; los que se quieran quedar que se queden, todos seguirán tan libres como los demás”.

El tema de la abolición de la esclavitud triunfó en el seno de la Revolución del 68 y en el artículo 24 de la Constitución de Guáimaro fue plasmado el principio “Todos los habitantes de la República son enteramente libres”.

 

A los cubanos asistía el derecho a la libertad y la independencia pues, como dijo Céspedes, “Cuando un pueblo llega el extremo de degradación y miseria en que nosotros nos vemos, nadie puede reprobarle que eche mano a las armas para salir de un estado tan lleno de oprobio…”

“Cuba -afirmó- aspira a ser una nación grande y civilizada, para tender un brazo amigo y un corazón fraternal a todos los demás pueblos…” 

Sobre este acontecimiento, en un discurso pronunciado en la Velada Conmemorativa por el centenario del inicio de las guerras por la Independencia de Cuba, el 10 de Octubre de 1968, dijo Fidel:

“¿Qué significa para nuestro pueblo el 10 de Octubre de 1868? Significa sencillamente el comienzo de cien años de lucha, el comienzo de la revolución en Cuba, porque en Cuba solo ha habido una revolución: la que comenzó Carlos Manuel de Céspedes el 10 de Octubre de 1868. Y que nuestro pueblo lleva adelante en estos instantes”.

“Nuestra Revolución, con su estilo, con sus características esenciales, tiene raíces muy profundas en la historia de nuestra patria.  Por eso decíamos, y por eso es necesario que lo comprendamos con claridad todos los revolucionarios, que nuestra Revolución es una Revolución, y que esa Revolución comenzó el 10 de Octubre de 1868”.

Con una clarividencia excepcional el líder histórico de la Revolución Cubana expresara, además:

“(…) lo que engrandece a Céspedes es no solo la decisión adoptada, firme y resuelta de levantarse en armas, sino el acto con que acompañó aquella decisión —que fue el primer acto después de la proclamación de la independencia—, que fue concederles la libertad a sus esclavos, a la vez que proclamar su criterio sobre la esclavitud, su disposición a la abolición de la esclavitud en nuestro país, aunque si bien condicionando en los primeros momentos aquellos pronunciamientos a la esperanza de poder captar el mayor apoyo posible entre el resto de los terratenientes cubanos”.

Refiriéndose a Martí y su papel, expuso:

“(…) el Apóstol de nuestra independencia se enfrentó a dificultades tan grandes y a problemas tan difíciles como no se tuvo que enfrentar jamás ningún dirigente revolucionario y político en la historia de este continente. Y así surgió en el firmamento de nuestra patria esa estrella todo patriotismo, todo sensibilidad humana, todo ejemplo, que, junto con los héroes de las batallas, junto con Maceo y Máximo Gómez, inició de nuevo la guerra por la independencia de Cuba”.

“(…) hoy nosotros, los revolucionarios de esta generación, nuestro pueblo revolucionario puede sentir esa íntima y profunda satisfacción de estarles rindiendo a Céspedes, a los luchadores por nuestra independencia, el único tributo, el más honesto, el más sincero, el más profundo: ¡el tributo de un pueblo que recogió los frutos de sus sacrificios, y al cabo de cien años les rinde este tributo de un pueblo unido, de un poder del pueblo, de un pueblo consciente, y de una revolución victoriosa dispuesta a seguir indoblegablemente, firmemente e invenciblemente la marcha hacia adelante!”

¡Cuánta vigencia tienen hoy las palabras de nuestro Comandante en Jefe! ¡Cuánta verdad en su pensamiento, y cuánto de continuidad y actualidad!

En estos tiempos donde los enemigos de nuestro proceso se empeñan en liquidar esta obra hermosa que hemos construido los cubanos, el grito de: ¡Patria o Muerte! debe retumbar en las mismas narices de los que hoy prefieren aguantar la desfachatez y la degradación antes de ser fieles a la esencia de lo cubano, de lo martiano y lo revolucionario.

Quiso la vida, además, que, en este día hermoso e imperecedero en nuestra historia, fuera además un momento especial para otro de los hijos ilustres de la patria. En la mañana de hoy conocimos que la Unión Nacional de Historiadores de Cuba dio a conocer hoy la decisión de otorgar a Raúl Castro el Premio Nacional de Historia, durante el acto por el aniversario 153 del inicio de las luchas independentistas.

El diploma lo recibió el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien agradeció en nombre del líder revolucionario el gesto, y trasmitió su exhortación a seguir profundizando en la historia y su conocimiento, para encontrar respuestas a los actuales problemas del país desde el saber.

El titular de la organización de los consagrados a las investigaciones en este campo, Jorge Luis Aneiros, al referirse a los méritos de Raúl Castro que lo hacen merecedor del reconocimiento, destacó la valiosa contribución del dirigente, quien por más de medio siglo ha sido protagonista excepcional de los acontecimientos.

Resaltó además sus aportes al estudio y la preservación de la memoria del pueblo de la nación caribeña, así como su condición de apasionado estudioso del devenir histórico nacional.

En este sentido, Aneiros mencionó la creación del Órgano para el Desarrollo del trabajo con la historia en las Fuerzas Armadas y la promoción de museos como el del Segundo Frente, que recuerda las luchas guerrilleras en la Sierra Maestra.

En el acto, celebrado en el aula magna de la Universidad de La Habana, igualmente fueron entregadas la medalla Alejo Carpentier a dos personalidades destacadas en los estudios históricos, la Distinción Por la Cultura Nacional a otros notables investigadores, y el Premio Nacional de Historia 2020.

Desde la UCCFD Manuel Fajardo reafirmamos una vez más nuestro compromiso con los mártires de la patria. Jamás dejaremos caer el machete mambí que un día levantáramos contra el enemigo que intentara arrebatarnos la libertad. ¡Patria o Muerte!¡Hasta el último de nuestros días!

 

 

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