"He vivido intensamente 48 años de mi vida en el alma mater de nuestra Casa de Estudios. Es parte de mis más profundos recuerdos: un arcoíris de acontecimientos, rectores, trabajadores, colegas, amigos entrañables: Luis Gonzáles, Antonio Peralta, Pedro Rey... Mi colectivo de cátedra; mis estudiantes "Mártires de Barbados"; el Premio de la UNESCO; los trabajos voluntarios y la visita y almuerzo de Fidel en el campamento; la promoción de la Escuela a Instituto y a Universidad la preparación intensa de nuestras instalaciones y la participación de todos los estudiantes en la Pizarra Humana para los Juegos Panamericanos... Es bello guardar la imagen hermosa del paisaje de nuestra universidad, contemplarla desde lo alto con cariño conservando sus sitios y rincones distintivos: hoy con su Bosque Martiano y nuevas simbologías patrióticas. Se extraña el ambiente deportivo como enjambre en todas las áreas y se anhela consolidar la solemne tradición institucional en todos los procesos sustantivos del recinto universitario.
El Fajardo es mi razón de realización humana: en él he vivido llevando el saber a miles de estudiantes y mis cenizas abonarán mi Árbol sembrado en sus áreas."