
Fundada en la primavera del 16 de noviembre de 1514, con el nombre de San Cristóbal de La Habana, es el principal centro de la vida política, económico y sociocultural de la nación siendo sede de las oficinas del gobierno y del Partido Comunista cubano así como de las principales instituciones culturales y científicas del país. Precisamente hoy celebra su 502 aniversario. Recordemos que en 1982, su Centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y que fue elegida el 7 de diciembre de 2014 en Dubái, dentro de la iniciativa New7WondersCities, como una de las siete ciudades maravilla del mundo por representar la diversidad global de la sociedad urbana. Todo ello motivo de orgullo y beneplácito para los cubanos.
La Plaza de Armas, que fue en la época colonial el centro de la vida oficial y pública de La Habana, se alza un monumento llamado El Templete. En su columna conmemorativa hay una inscripción en latín, que significa lo siguiente:
“Detén el paso, caminante, adorna este sitio con un árbol, una ceiba frondosa, más bien signo memorable de la prudencia y antigua religión de la joven ciudad, pues ciertamente bajo su sombra fue inmolado solemnemente en esta ciudad el autor de la salud. Fue tenida por primera vez la reunión de los prudentes concejales hace ya más de dos siglos: era conservado por una tradición perpetua: sin embargo, cedió al tiempo. Verás una imagen hecha hoy en la piedra, es decir el último de noviembre en el año 1754.
Hace ya más de dos siglos, que se ha conservado como una tradición perpetua, darle la vuelta a la ceiba. Curiosamente para el siglo XVI, había cultos a San Cristóbal en Carintia, en Estiria, en Sajonia, en Múnich y en Venecia. Era considerado patrón de los desembarcadores del río Danubio, el río Rin y otros ríos en los que las inundaciones o atascos helados causan frecuentes destrozos. Monedas con su imagen fueron emitidas en Würzburg, Würtermberg y Bohemia. Sus imágenes fueron colocadas en las entradas de iglesias, viviendas y frecuentemente en puentes; estas imágenes y pinturas con frecuencia presentaban la inscripción: «Quien contemplará la imagen de San Cristóbal no desmayará o caerá en este día»
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