
Aquí estamos sobreviviéndote
A duras penas en el legado de tu nombre;
El aletear de tu pecho amanecido evocado en cada niño,
cada joven, cada hombre.
Fraile palpitante de la Patria enamorada
Hombre luz, estrella de alborada.
Estirpe invicta, profeta verde olivo,
En ti la magia inseparable del tiempo se propaga,
En ti toda Cuba levantada;
Como nombrarte sin un inmenso orgullo anudado a la garganta,
Perpetuo novio de deslumbradas palomas,
Somos enaltecidas muchedumbres, manos bregando futuro,
hitos traspasados de hermosura,
defendiendo sin fronteras, el honor de ser
viriles continuadores de tus tropas.
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